Fui el elegido para comprarle el regalo así que me sumergí en las joyerías de compra-venta que están en la calle montera. La experiencia fue excepcional, parecía poco menos que iba a comprar cocaína. Pisos con gente muy particular que tachaban a todo el que entrase de sospechosos. Todo un ambiente muy al estilo de las películas norteamericanas cuando alguien quiere trincar la tienda y hay todo un grupo de europeos del este conspirando para evitar el robo. Al final encontré unos pendientes que no me parecieron del todo mal. Me metí los pendientes muy bien metidos al bolsillo y me fui a la fiesta.
AL HILO DE LAS MUJERES BORGIA. CONCIERTO
Hace 1 semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario