Hoy he quedado para cenar en el nuevo restaurante en el que se puede entrar por Gran Vía o por la calle de la Reina, no sé el nombre exactamente pero es una fusión de comidas orientales y occidentales. Al parecer se ha puesto tan de moda que pese a la reserva no nos tenían aún la mesa, tardaron en traernos los primeros para picar y no había un orden cronológico de a quién atendían primero. Manu que trabaja en el mundo de la restauración de Director de Operaciones de la cadena de la M amarilla se ha levantado molesto a hablar con el encargado. Al final no nos cobraron los primeros y el encargado fue a decirnos varias veces si todo iba bien.
Lo ha salvado bastante bien, dijo Manu orgulloso.
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