Hoy es día de ir al rastro, aquel mercadillo de cada domingo en Madrid, para ver si hay algún mueble de segunda mano, antigüedad o alguna cosa que pueda ser útil para el ático. Veo unas sillas rústicas de pueblo con madera y tejidas con una especie de cuerda en el asiento típicas de los pueblos de España pero también típicas de los pueblos de México. Me recordaron a las sillas que tenían mis abuelos en el rancho y quise comprar alguna ya que me gustaría tener un espacio muy mexicano al aire libre como el estilo del arquitecto Jorge Barragán en la Ciudad de México, o tal vez como el patio donde vivió Frida Kahlo y Diego Rivera en Coyoacán; cactus, colores vivos, maderas, figuras aztecas alebrijes e iguanas adornando aquel espacio de Madrid. No sé si será posible.
Sillas de enea, ¡ así se llaman y me chiflan! yo tenía una de mi medida cuando era pequeña en verde menta ¡ cómo no ! pintada con muchas flores de colores...
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