Uno de esos discos fue el Acústico de La Negra Mercedes Sosa. Lo escuchaba una y otra vez hasta que de pronto pum! lo dejé de escuchar. Sólo vuelvo a sus canciones cuando me hacen falta, generalmente cuando necesito cantarle a mi tierra porque ella también le canto mucho a la suya tras ser exiliada por la dictadura en Argentina, y casualmente se exilió cuatro años en España.
Tras enterarme de su muerte, empecé la semana escuchando a esa Negra querida una vez más, sin seleccionar canciones, dejando que su acústico me siga llenando el corazón. Dicen que viajando se fortalece el corazón, pues andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior. Ojalá que esto pronto suceda, así podrá descansar mi pena hasta la próxima vez. Y si encuentras una paloma herida que te cuenta su poesía de haber amado y quebrantado otra ilusión, seguro que alrato estará volando inventando otra esperanza para volver a vivir.
Es uno de mis referentes más importantes. De pequeña solía eschucarla junto a mi madre. Era mágica por ello nunca morirá.
ResponderEliminarBicos
Que voz, te eriza la piel, que voz. Y si agregas que lo que canta cala.
ResponderEliminarDame una bella canción, que vivir sin esto es imposible para mí...