Despierto temprano para coger el tren de regreso a Madrid, apenas he dormido después de una juerga con la gente de la feria, logramos convocar a 30 personas que se vinieran a cenar con nosotros. Tenía la teoría de que en la juerga es donde más negocios se cierran, era hora de ponerlo en práctica; tienes que salir y resistir lo más que puedas porque te tienes que dar a conocer en el sector, me dice mi jefa. Así que esta vez la fiesta con la que arrastro fue más una imposición que una voluntad, aún así me divertí. Si hago esto y me pagan por ello, excelente. A pesar de que tengo sueño no he conseguido dormir más que una hora ya que las azafatas no dejan de pasar ofreciendo cosas, mal que sufre la gente que quiere descansar y viaja en clase preferente por trabajo, en turista ni te hacen caso. Opto por cambiarme de lugar lejos del hombre de negocios que me tocó de compañero de viaje, y me siento en un lugar tranquilo donde pueda ver el paisaje llano que cubre gran parte de España mientras abro el Mac y me pongo actualizar el blog.
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