Es hora de partir de regreso a Madrid, ha sido un fin de semana maravilloso de encuentros y reencuentros, osea que no pudo haber sido mejor. La madre de Carlo me compra un queso parmigiano para llevar y un chorizo sardo. Una vez más empieza la preocupación por los 10 kgs. de Ryanair.
Carmen tiene que dar una clase de inglés a una señora en casa y Carlo se va al conservatorio de música. Yo me voy al parque que me gustó a tomar un café, leer y despedirme de las vistas que tanto disfruté. Carmen me lleva al aeropuerto. Regreso a Madrid.
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