sábado, 13 de marzo de 2010

Marzo 13: Un boliviano

Amanecí destrozado, sin embargo tenía el compromiso de ir a comer a un restaurante boliviano por el cumpleaños de Josefina, también de ese país. Todos los invitados que una noche antes estábamos de fiesta, todos del gimnasio, estuvimos con una cara de fantasmas en medio de aquella comilona. La comida no era particularmente excepcional, era una mezcla de maíz y carne de cerdo, con otro plato llamado pique que más bien parecía que todos los ingredientes de un hotdog con patatas estaba en un plato. En aquel restaurante estaba la música típica de Bolivia, a veces con sus bachatas y a veces con sus instrumentos de viento. Ellos pocas veces hablan mientras comen, más bien escuchan la música, comen y bailan. Josefina quería bailar como todos sus patriotas y de los que no éramos bolivianos yo fui el único que se animó, me sentía hacer el ridículo pero salí del paso.

Por la tarde llegué a echar la siesta y ya había otro plan para festejar el cambio de curro (trabajo) de Romain que se va a mejores condiciones. Empezamos con Champagne, terminamos con gintónic, esta vez hasta las 7 de la mañana en el Mondo. Vaya fin de semana que llevo.

En las fotos la fiesta de la noche, mañana cuento la anécdota del regalo de Josefina.



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