Me he ido de finde a Salamanca con amigos. Queríamos disfrutar de la fiesta universitaria de la que goza la Ciudad. Cuando llegamos nos atrajo lo barato con lo que se come, claro, comparado con Madrid. Así, pedíamos una cerveza por menos de dos euros y nos daban una tapa con la que poco a poco y caminando de bar en bar no necesitamos ni siquiera comer pues todo el día nos estuvieron alimentando constantemente.
A pesar de que ya conocía Salamanca cuando vinieron Emilio, Barbara y Karina de México, me sigue impresionando la belleza de la Ciudad. Una ciudad tan universitaria que en cada esquina se encuentra alguna facultad. Supongo que estudiar ahí tiene que ser una gozada, sin embargo, no creo que sean muchos los que se quedan a vivir allí porque una vez saliendo, dudo mucho que una ciudad de esas dimensiones pueda ofrecer oferta laboral.
Aquí unas fotografías del primer día.
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