lunes, 28 de diciembre de 2009

Diciembre 28: Llueve en el pueblo

Mi tío Andrés llamó para decir que fuéramos por ellos a la terminal. Después de llegar, hablar un poco y decidir donde iba a dormir cada uno, al mismo tiempo que comíamos un pan de plátano que compramos en la playa nos fuimos a dormir. Cuando empezaba a quedarme dormido tocaron dos veces por la ventana, toc toc. -Dice mi mamá que si metieron la ropa porque está briseando. La voz es de la hija de la chica que nos fue a lavar la ropa al río. -Ahora la metemos. Mi madre no hizo caso y siguió durmiendo.


A mitad de la noche me despertaron los ruidos y mis padres no estaban en su cama. Llovía a mares. Me levanté rápidamente porque pensé que se le había ocurrido meter la ropa a esa hora. Mi padre buscaba las llaves del coche porque argumentó que una ventana había quedado abierta. Mi mamá quería que saliera para apagar las luces de navidad para que no se fundieran. Todos se despertaron. Mañana habrá más zancudos, pensé. Esos mosquitos que hace unos meses alertaron al país como transmisores del dengue. Seguía lloviendo a mares.

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