Septiembre 7: César y los placeres de Madrid

Esta semana se queda en casa un amigo al que quiero mucho de mi primer trabajo en el gobierno local creando políticas para jóvenes. César era uno de los más centrados y sus palabras cuidadosamente pensadas se convertían en ley. Cuando ganaban los sentimientos y la impotencia, le consultábamos para que hiciera uso de su razón. En ese entonces yo tenía una alma más adolescente y revolucionaria que a menudo me impedía llegar a la razón. 

César era vegetariano, no bebía alcohol y prefería el té al café. Eso me creó impotencia antes de su llegada pues que le iba a enseñar de Madrid si no su jamón, sus cañas y un café por la mañana. Ayer que me contó que dejó de ser vegetariano hace dos años así que me quitó la preocupación, le hice un buen café para iniciar la actividad, pues había viajado toda la noche de Barcelona. Me lo llevé a conocer la ciudad, pasamos por unas ostras con vino blanco, y de regreso le invité del lomo de bellota que me regalaron. Hoy de unas buenas cañas no se libra.