Octubre 10: En dos puntos

A la misma hora mientras disfruto de un  La-mien de vieiras y langostinos en el Wagaboo de Serrano donde premiamos, por fin, a Pacha ganadora del concurso de comidas. Al otro lado del mar y a la misma hora, mis grandes amigos de mi primer trabajo se juntan en el lugar de siempre para beber cerveza y pedir unas quesadillas de queso y una torta de Pulpo. La cita es el Salón Corona, una cantina en el centro de la Ciudad de México que data desde el 1900 y algo, en donde se puede decir que la gente se junta para divagar de política mientras que te encuentras a la gente de tu mismo partido político, o cuando menos de la misma ideología revolucionaria. 

Mientras ellos posiblemente hablen del viaje de César a Europa, de la incorporación de Raúl como asesor político de algún otro candidato y de la nueva maestría que hace Claudia. Aquí la conversación se centra en la despedida de Gaby para México, en el próximo viaje a Viena y en la nueva adquisición de Pacha, su Blackberry. Pienso que ese aparatito es una tontería si no te obligan en tu trabajo a llevarlo. Sin embargo su adquisición está bien justificada. Con él, Pacha se puede comunicar con su hermano en Colombia, su primo que vive en París y con Mariana, que se debate en las pistas de tenis de todo el mundo. 

Ni una de las charlas es más importante que las otra, sin embargo, mientras disfruto de mis tallarines de ¿cocina fusión? acompañado de buenos amigos, añoro a su vez un tarro de cerveza del otro lado del charco.