miércoles, 5 de agosto de 2009

Agosto 5: Halyna

Conozco a Halyna desde hace un par de años y hasta ayer que le pedí que me escribiera su nombre le solía llamar Gelina. Marta me la presentó en aquel entonces cuando le decía que para planchar camisas era todo un inútil, en una ocasión tuve que negociar con mi ex compañera de piso que me planchara una sola camisa y a cambio yo limpiaba el baño toda una semana, que locura. 

Fue aquí cuando llegó Halyna como una bendición, ella me planchaba las camisas y yo a su vez le ayudaba creando un poco de trabajo de acuerdo a mi presupuesto. Tiempo después hablé con mis ex compis para que también hiciera la limpieza y desde ahí no me ha dejado. 

A H. la quiero mucho y al parecer ella también a mí, a veces me traía chocolates ucranianos y yo le compartía de mis mexicanos. Hace mucho no la veía porque suele venir por las tardes pero ahora coincidimos y nos dio mucho gusto encontrarnos y ponernos al día, a mi en lo personal me da gusto que su español vaya mejor y ya podemos hablar más. 

H. es una Ucraniana que decidió dejar su vida y a sus dos hijos con la abuela para buscar una vida mejor aquí, porque dice que en su país las cosas cada vez están peor. Justo ayer me comentaba que su madre cobra una pensión de 500 Grivnas, que una amiga que trabaja en una imprenta le pagan tan sólo 450 G. al mes y que un kilo de carne cuesta 38 Grivnas. 
-Es una barbaridad, no se porque si Ucrania tiene Gas Natural, Oro y Petróleo estamos tan mal y más desde que Ucrania y Rusia rompieron relaciones. No puedo creer que el presidente tiene casas en todas partes, tengo un primo que vive en Valencia y dice que tiene una casa con tres personas de limpieza. 

Ella no para de hablar, y a mi me encanta conocer la historia de su país a través de ella. Está ilusionada porque dentro de poco irá a ver a sus hijos, como madre no hace otra cosa que preocuparse. Ayer me daba ánimos, me decía que la vida nos iba a sonreír y que me veía triste, pero de eso nada, lo único que hacía era escucharla fervientemente. 

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