jueves, 6 de agosto de 2009

Agosto 6: Mis vecinos

A casi un año de vivir en el edificio, aún no tengo algún acercamiento con mis vecinos. Tengo algunas impresiones pero nada en concreto. De quien más creo tener conocimientos es de mis vecinos de enfrente, una pareja de jóvenes argentinos, ella salía todas las mañanas a la misma hora que yo para ir a trabajar así que coincidíamos en el ascensor y a él lo he visto regresando de correr. En alguna ocasión que el Carrefour nos trajo el súper a domicilio a la misma vez, olvidaron ponerme la parte de congelados así que tuve que preguntarles si se los habían dejado a ellos, de ahí en fuera nada más. 

Conozco a la italiana del 2º cuando fui a rescatar mi toalla caída del tendedero. Sé también que hay un vecino abajo que tiene un perro desquiciado que apenas lo saca y empieza a ladrar como un desesperado, supongo que será de esos perros pequeños y simplones. Y hablando de mascotas, las dos gatas de la vecina de abajo no dejan de maullar y emitir sonidos incómodos de una gata en celo. Lo peor es que están en un patio fuera de su casa por vivir en el bajo y dan directo a mi ventana. La dueña, una señora regordeta, rubia con un acento entre búlgaro y rumano. 

El último acercamiento se produjo ayer con los vecinos de a lado, una pareja de españoles que creo yo, dejaron el chalet de las afueras con piscina para cambiar a una vida bohemia en el centro, ella muy fashionista y el un poco mamón. Esa era mi impresión hasta el día de ayer que tocaron el timbre para regalarnos una sandia pues se iban de vacaciones de verano.

No sé si sea el principio de una buena relación, pero empezar con un gran pedazo de sandía en Verano es un buen gesto, ya escribiré si esto se convertirá en domingos de dominó y cerveza o tendré que esperar al invierno sin cruzar palabra con ellos  hasta que traigan los churros porque se vuelven a ir.

4 comentarios:

  1. Entonces estaba buena la sandía??? ya me contarás si se hacen amigos de los vecinos...

    ResponderEliminar
  2. Yo también he hecho alguna vez con mis vecinos: aliviar la nevera por tener que marcharme y darme pena tirar las cosas.

    Nunca llevé bien lo de vivir en "vecindad";por la sencilla razón de que el concepto que yo tengo de respeto hacia los demás y Cívica no suele ser compartido por el común; de modo que para mí "vecindad" no es otra cosa que tener que aguantar los ruidos,gritos, peleas, música / tv, portazos, etc de los demás que - sin yo quererlo - no dejan de condicionar el poco tiempo que paso en casa y que por regla general también interfieren en las pocas horas de sueño con las que me regalo a diario.

    Mi anhelo: vivir en una casita rodeada de árboles y lejos, muy lejos de otras casas o carreteras.. ¡ en fin ! eso de soñar ¿no es gratis verdad ?

    ResponderEliminar
  3. GM, a sandía ya tenía unos días pero aún así está buena si.

    Taranis, eso de vivir en vecindad tiene sus complejidades pero tampoco está mal, a mí me gusta mucho estar rodeado de gente, por eso escogí el centro para vivir, siempre vida. Ya para retirarme será otra cosa. ¿Osea que trabajas mucho y duermes poco?

    ResponderEliminar
  4. No es exactamente que trabaje mucho es simplemente que tengo enormes ansias por aprender; conocer. De modo que: entre el curro, las tareas domésticas ( como las aborrezco!!! ) y leer, caminar, charlar, pensar y demás me queda poco tiempo para dejarme caer en los brazos de Morfeo. Aunque también hay mucho de genética; toda la familia de mi madre goza de una vitalidad, de un "fuelle" poco común y yo parece que salí a ellos. ¡¡ ja ja !!

    ResponderEliminar